Para Israel y su principal aliado, Estados Unidos, la postura de Japón representa un desafío diplomático, ya que podría aumentar el aislamiento internacional de Tel Aviv y ejercer más presión para reanudar las negociaciones hacia una solución de dos Estados. La frase “solo cuestión de tiempo” sugiere que la decisión política fundamental ya ha sido tomada y que el gobierno japonés está ahora evaluando el momento más oportuno para su formalización, sopesando las implicaciones geopolíticas y las posibles reacciones de sus socios internacionales.