Un artículo señala que, a nivel global, la ayuda humanitaria está viviendo una “revolución tecnológica lenta, silenciosa y casi modélica”.
Estas innovaciones, que podrían incluir desde sistemas de gestión de datos para distribuir ayuda de manera más eficiente hasta tecnologías de comunicación para coordinar rescates o aplicaciones para la atención médica remota, no están llegando a la población de Gaza. Al igual que los bienes físicos, los frutos de esta revolución tecnológica son bloqueados, impidiendo que los gazatíes se beneficien de herramientas que podrían salvar vidas y mejorar drásticamente la gestión de la crisis. El texto enmarca este bloqueo tecnológico como una faceta más del asedio generalizado, sugiriendo que la privación no es solo de recursos básicos, sino también de las herramientas modernas que podrían mitigar el sufrimiento. Esta falta de acceso a la tecnología humanitaria es presentada como un factor que agudiza las condiciones que, según el titular del artículo, conducen a un “genocidio”.