Al-Sharaa, quien llegó al poder tras la caída del régimen de Bashar al-Assad en diciembre, utilizó la plataforma global para posicionar a su nuevo gobierno y delinear su política exterior.
Afirmó que los ataques israelíes en su país amenazan con conducir a “nuevas crisis y luchas en nuestra región”. En su intervención, defendió la gestión de su gobierno de facto, asegurando que “Siria pasó de ser un exportador de crisis a una oportunidad para la paz”.
Este mensaje parece dirigido tanto a la comunidad internacional como a las facciones internas, incluyendo las Fuerzas Democráticas Sirias que controlan el noreste del país.
Al acusar directamente a Israel de ser un factor de inestabilidad, el nuevo líder sirio busca alinear su postura con la de otros actores regionales críticos de la política israelí y establecer un claro distanciamiento de cualquier posible normalización en el corto plazo.