Este movimiento, que incluye a países como Japón y Francia, es visto como una herramienta para aumentar la presión sobre Israel y avanzar hacia una solución del conflicto.
Durante la Asamblea General de la ONU, el primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, declaró que el reconocimiento de Palestina por parte de su nación era “solo cuestión de tiempo” y criticó abiertamente a Israel. Esta postura se suma a la de China, que afirmó que la tendencia “refleja la voluntad internacional” y expresó su “consternación” por los ataques israelíes contra civiles. Los artículos también mencionan que Francia es otro de los países que recientemente ha reconocido a Palestina, un gesto que los habitantes de Gaza, a pesar del sufrimiento continuo, reciben con un “optimismo cauteloso”.
Para ellos, estas decisiones, aunque simbólicas, son históricas y representan una esperanza de que la comunidad internacional finalmente presione a Israel para detener las hostilidades.
Se destaca que ya 151 Estados miembros de la ONU reconocen a Palestina, pero la adhesión de potencias económicas del G7 como Japón y Francia añade un peso diplomático significativo. Este cambio en la política exterior de actores clave busca alterar el estancamiento diplomático y forzar una reevaluación de las negociaciones de paz.