Esta situación ha provocado una hambruna generalizada con graves consecuencias físicas y psicológicas para la población.

El artículo describe cómo la inanición causa un deterioro progresivo, volviendo a las personas apáticas, susceptibles a enfermedades y obsesionadas con la comida. La crisis se agrava por el asesinato de 1.600 miembros del personal sanitario, lo que ha colapsado la atención médica. El texto sugiere que estas acciones no son aleatorias, sino parte de un plan que podría constituir un “genocidio intencional del pueblo palestino”, forzando un éxodo y una mortandad que el gobierno de Israel celebraría como una “recuperación de territorio”.