Esta postura diplomática de China es coherente con su estrategia geopolítica de largo plazo. Al respaldar la causa palestina y criticar las acciones de Israel, Pekín se alinea con la gran mayoría de los Estados miembros de las Naciones Unidas y se posiciona como un defensor del Sur Global. Esta política le permite contrastar su posición con la de Estados Unidos, que ha mantenido un apoyo casi incondicional a Israel, y presentarse como una potencia global alternativa con una visión diferente del orden internacional. La declaración de China busca fortalecer sus lazos con los países árabes y de mayoría musulmana, una región de creciente importancia económica y estratégica para Pekín. Aunque el comunicado es conciso, la posición de China como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU le otorga un peso significativo. Su postura añade una capa más de presión diplomática sobre Israel y Estados Unidos, y subraya la reconfiguración de las alianzas globales en medio del conflicto.