Esta decisión coordinada marca un significativo cambio diplomático en medio de la prolongada guerra en Gaza. En un movimiento de gran peso simbólico, Reino Unido, Canadá, Australia, Portugal y Francia anunciaron su reconocimiento al Estado palestino en vísperas de la Asamblea General de la ONU. El paso del Reino Unido es particularmente notable por su rol como antigua potencia colonial y firmante de la Declaración Balfour, considerada el origen del Estado de Israel. Con esta decisión, Reino Unido y Canadá se convierten en los primeros países del G7 en dar este paso, sumándose a China y Rusia como miembros permanentes del Consejo de Seguridad que reconocen a Palestina, aislando aún más la postura de Estados Unidos. El presidente francés, Emmanuel Macron, en su discurso ante la ONU, declaró enfáticamente: “Fiel al compromiso histórico de mi país con la paz en Oriente Medio, declaro que Francia reconoce hoy el Estado de Palestina”.

Sin embargo, este reconocimiento viene con condiciones.

Los países exigen que Hamás no tenga ningún papel en el futuro Estado, que se reconozca el derecho de Israel a existir y que la Autoridad Palestina implemente reformas significativas. Macron supeditó la apertura de una embajada a la liberación de los rehenes, buscando un equilibrio entre el gesto simbólico y la presión diplomática.