El quinto aniversario de los Acuerdos de Abraham, que normalizaron las relaciones entre Israel, Emiratos Árabes Unidos y Baréin, llega en un momento de máxima tensión. La guerra en Gaza y la continua construcción de asentamientos israelíes en Cisjordania han debilitado significativamente el espíritu de estos pactos, que en su momento fueron vistos como un hito para la paz regional. Firmados el 15 de septiembre de 2020 en Washington D.C., los acuerdos marcaron la primera normalización de relaciones entre Israel y países árabes del Golfo. Fueron presentados como un paso histórico hacia una nueva era de cooperación y estabilidad en Oriente Próximo.
Sin embargo, cinco años después, el contexto regional es radicalmente diferente.
Las tensiones persistentes, exacerbadas por la prolongada y devastadora ofensiva militar israelí en la Franja de Gaza, han puesto a los países árabes signatarios en una posición diplomática y popular muy incómoda. La expansión continua de los asentamientos israelíes en la Cisjordania ocupada, un tema central para los palestinos y el mundo árabe, también ha socavado la credibilidad de los acuerdos como un vehículo para una paz más amplia e inclusiva. Aunque los lazos diplomáticos y económicos formales se mantienen, la guerra ha enfriado las relaciones públicas y ha puesto de manifiesto que la normalización sin una resolución justa del conflicto palestino-israelí tiene límites profundos y sigue siendo vulnerable a las crisis recurrentes que azotan la región.
En resumenA cinco años de su firma, los Acuerdos de Abraham se ven socavados por la guerra en Gaza y la política de asentamientos de Israel. Lo que fue celebrado como un avance hacia la paz regional ahora enfrenta el desafío de una realidad conflictiva que ha debilitado sus cimientos y enfriado las relaciones entre los firmantes.