Netanyahu, por su parte, aseguró que la relación con Estados Unidos “nunca había sido tan fuerte” y desvinculó a su aliado del ataque en Doha. Posteriormente, Rubio viajó a Qatar, un socio estratégico que alberga la mayor base militar estadounidense en la región, en un esfuerzo por aliviar la crisis generada por el ataque israelí. Rubio describió a Qatar como “el único capaz de mediar sobre Gaza” y enfatizó la importancia de fortalecer la cooperación en defensa. Esta dualidad en la diplomacia estadounidense —apoyo militar y político a Israel mientras se apoya en Qatar para la mediación— se produce en un contexto de tiempo limitado, ya que Rubio advirtió que solo quedan “probablemente días” para alcanzar un acuerdo antes de que la situación se deteriore aún más.