Por otro lado, las necesidades estratégicas y energéticas del Estado egipcio lo están llevando a estrechar lazos económicos con Israel.

La infraestructura clave en esta relación es la plataforma de gas natural Leviatán, situada en el mar Mediterráneo frente a la costa israelí, desde donde se exporta el gas. Esta dependencia económica otorga a Israel una palanca de influencia significativa sobre Egipto, la nación árabe más poblada y un actor geopolítico crucial en la región. El hecho de que esta cooperación no solo continúe sino que aumente en medio de un conflicto tan intenso demuestra cómo los intereses pragmáticos de los gobiernos pueden divergir drásticamente de la opinión pública, creando una dinámica compleja donde la retórica política y la realidad económica siguen caminos separados.