Israel ejecutó un sorpresivo y audaz ataque aéreo en Doha, la capital de Catar, contra altos mandos de Hamás, asumiendo plena responsabilidad por una operación que agrava drásticamente la tensión en Medio Oriente. La ofensiva, denominada "Cumbre de Fuego", se produce en un momento diplomáticamente sensible, mientras se discutía una propuesta de alto el fuego. El 9 de septiembre de 2025, la fuerza aérea de Israel, en cooperación con la agencia de seguridad Shin Bet, atacó un complejo en Doha utilizado por el equipo negociador de Hamás. El ejército israelí declaró que la operación estaba dirigida a "miembros de Hamás que durante años han dirigido las actividades de la organización", incluidos los responsables de la masacre del 7 de octubre de 2023. El primer ministro Benjamín Netanyahu y el ministro de Defensa, Israel Katz, justificaron la acción como una respuesta a un atentado mortal en Jerusalén el día anterior. Un comunicado conjunto indicó que "ante una oportunidad operativa (…) el primer ministro y el ministro de Defensa decidieron ejecutar la directiva dada anoche".
Israel enfatizó su papel independiente, y la oficina de Netanyahu declaró: "Israel la inició, Israel la llevó a cabo e Israel asume toda la responsabilidad".
El ataque, según se informa, involucró 15 aviones de combate.
Hamás reconoció la muerte de cinco de sus miembros, pero negó que figuras clave de la negociación estuvieran entre las víctimas. Una fuente de alto rango de Hamás declaró a Al Jazeera que los dirigentes fueron atacados "mientras discutían la propuesta del presidente estadounidense Donald Trump para un alto el fuego en Gaza". Catar condenó inmediatamente el ataque como una "agresión criminal" y una "violación flagrante de las leyes internacionales". El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores catarí, Majed Al Ansari, lo calificó de ataque "cobarde" y advirtió que Doha "no tolerará este comportamiento imprudente e irresponsable de Israel".
En resumenLa operación "Cumbre de Fuego" de Israel en Doha, dirigida contra líderes de Hamás, representa una escalada militar significativa. Aunque Israel la justifica como una respuesta necesaria al terrorismo, el ataque ha sido ampliamente condenado, especialmente por la nación anfitriona, Catar, y pone en grave peligro las negociaciones de alto el fuego mediadas por Estados Unidos.