Esta medida representa un importante acto de presión económica y ética sobre las corporaciones vinculadas al conflicto.

El Consejo de Ética del fondo, un organismo independiente, fue contundente en su recomendación: “No hay duda de que los productos Caterpillar están siendo usados para cometer violaciones sistemáticas y extensivas del Derecho Internacional Humanitario”. El informe se basa en evidencia documentada, incluyendo el reporte de la relatora especial de la ONU, Francesca Albanese, que detalla cómo la maquinaria Caterpillar ha sido utilizada para la demolición masiva de infraestructuras en Gaza, donde cerca del 70 % de las construcciones han sido destruidas. Los bulldozers D9 de la compañía han sido empleados para arrasar viviendas, mezquitas, hospitales y tierras agrícolas.

Uno de los incidentes más graves documentados fue el presunto entierro de palestinos vivos con esta maquinaria a las afueras del hospital Kamal Adwan en diciembre de 2023. Además, los equipos de Caterpillar son un elemento central en la construcción de asentamientos israelíes ilegales en Cisjordania. Con esta desinversión, el fondo noruego ya ha retirado cerca de 3 billones de dólares de empresas por su posible participación en crímenes de guerra en Palestina, marcando una clara postura sobre la responsabilidad corporativa en conflictos.