Esta cifra alarmante subraya la grave crisis humanitaria que afecta a la población más vulnerable del enclave palestino. Según el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU, la escala del trauma físico es inmensa. Además de los 21.000 niños que ahora viven con una discapacidad, se estima que un total de 40.500 menores han sufrido heridas relacionadas con la guerra, y más de la mitad de ellos padecen secuelas permanentes. Este drama se desarrolla en un contexto de colapso casi total del sistema de salud. La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) aseguró que ningún hospital en Gaza funciona plenamente, y la OMS confirmó que solo 18 de 36 hospitales operan de manera parcial. La situación se agrava por los ataques directos a infraestructuras civiles; residentes de la Ciudad de Gaza denunciaron que el ejército israelí lanzó granadas sobre tres escuelas que servían como refugio. Además, la desnutrición se ha convertido en una causa directa de muerte, con informes de al menos cinco adultos y un niño fallecidos por esta causa en un período de 24 horas. El comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, advirtió que Gaza se está convirtiendo en el “cementerio del derecho internacional humanitario”, declarando: “Hemos hecho que la Convención de Ginebra sea prácticamente irrelevante”.
