La confrontación entre Israel y los rebeldes hutíes de Yemen ha escalado a un nuevo nivel de tensión tras la confirmación de la muerte del jefe de gobierno hutí en un ataque aéreo israelí. Este hecho ha provocado promesas de venganza por parte del grupo yemení y un aumento de las hostilidades en el mar Rojo. El movimiento hutí confirmó que su primer ministro, Ahmed Ghaleb al-Rahwi, junto con otros altos funcionarios, murió en un ataque aéreo atribuido a Israel en Saná el 28 de agosto. El ejército israelí había informado de un ataque a una “posición militar” en la capital yemení en esa fecha.
Tras el anuncio, los hutíes prometieron “venganza” y “días oscuros” para Israel, declarando que están listos para una confrontación directa. Como primera represalia, el portavoz militar de los hutíes, Yehya Sarea, anunció el 1 de septiembre que habían lanzado un misil balístico contra el petrolero israelí Scarlet Ray en el norte del mar Rojo, afirmando que la operación resultó en un “impacto directo”.
Israel no ha comentado oficialmente sobre este ataque específico.
Este intercambio de agresiones se produce a pesar de un alto el fuego acordado en mayo entre los hutíes y Estados Unidos, principal aliado de Israel, que buscaba detener los ataques a intereses estadounidenses en la región. La muerte de Al-Rahwi marca una escalada significativa, ya que se trata del asesinato del líder de más alto rango del movimiento chií respaldado por Irán, lo que podría desencadenar una respuesta más amplia y sostenida contra objetivos israelíes.
En resumenEl asesinato del primer ministro hutí, Ahmed al-Rahwi, en un ataque aéreo israelí ha intensificado drásticamente el conflicto regional. La promesa de venganza de los hutíes se materializó con un presunto ataque a un petrolero israelí, señalando una nueva fase de confrontación directa que amenaza la estabilidad marítima en el mar Rojo y expande el teatro de operaciones del conflicto de Gaza.