Negarnos y exigir responsabilidades a nuestros líderes”.

Los soldados, que sirvieron desde el 7 de octubre, argumentan que el gobierno está matando y privando deliberadamente de alimento a la población civil palestina, acciones que consideran no solo ilegales sino también perjudiciales para la seguridad de los judíos en todo el mundo. Además, acusan al primer ministro de haber boicoteado acuerdos de tregua que podrían haber liberado a los rehenes.

La protesta cobra especial relevancia en un momento en que el ejército espera la reincorporación de unos 60.000 reservistas para una próxima ofensiva en Ciudad de Gaza.

Algunos de los manifestantes estiman que menos del 50 % responderá al llamado. Ron Feiner, otro reservista, expresó a EFE su oposición a la ocupación y al traslado de civiles, calificando la orden de “ilegal”.