El gobierno israelí parece considerar la anexión como una medida de respuesta directa a estos reconocimientos diplomáticos. La iniciativa ha provocado una condena inmediata por parte de la Autoridad Palestina, que la ve como un nuevo ataque a la posibilidad de una solución de dos Estados. Más allá de la condena palestina, la propuesta ha encendido las alarmas en el mundo árabe. Los Emiratos Árabes Unidos, uno de los primeros países en normalizar relaciones con Israel a través de los Acuerdos de Abraham, advirtieron que la anexión representaría una “línea roja” que pondría en grave riesgo dichos acuerdos. Esta advertencia subraya la fragilidad de los recientes avances diplomáticos de Israel en la región y demuestra cómo las políticas internas de su gobierno de coalición pueden socavar sus alianzas estratégicas, amenazando con una nueva escalada de tensiones en un Medio Oriente ya volátil.
