El sistema de salud está colapsado, con solo 18 de los 36 hospitales funcionando parcialmente, lo que agrava la crisis. La falta de recursos y el asedio han llevado a una situación de hambruna, con cinco adultos y un niño muriendo por desnutrición en un solo día.

Esta crisis ha llevado a figuras internacionales a emitir duras advertencias.

El comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, declaró que Gaza se está convirtiendo en el “cementerio del derecho internacional humanitario” y que la Convención de Ginebra se ha vuelto “prácticamente irrelevante”. La crisis de desplazamiento también se agudiza, con casi un millón de personas atrapadas.

A pesar de los llamados a evacuar, muchos palestinos se resisten a abandonar sus hogares por temor a no poder regresar y por el agotamiento tras múltiples desplazamientos forzados.