La guerra en Gaza ha provocado una catástrofe humanitaria de enormes proporciones, con decenas de miles de víctimas y una población al borde de la hambruna. Un comité de la ONU reporta que al menos 21.000 niños han quedado con discapacidades, evidenciando el devastador impacto del conflicto en la población más vulnerable. La situación en la Franja de Gaza ha alcanzado un punto crítico, con cifras que reflejan una devastación generalizada. Según el Ministerio de Salud de Gaza, el número de muertos supera los 63.600, con más de 156.700 heridos. El impacto en la niñez es particularmente alarmante: más de 40.000 menores han sufrido heridas y al menos 100 han muerto por desnutrición y hambre.
El sistema de salud está colapsado, con solo 18 de los 36 hospitales funcionando parcialmente, lo que agrava la crisis. La falta de recursos y el asedio han llevado a una situación de hambruna, con cinco adultos y un niño muriendo por desnutrición en un solo día.
Esta crisis ha llevado a figuras internacionales a emitir duras advertencias.
El comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, declaró que Gaza se está convirtiendo en el “cementerio del derecho internacional humanitario” y que la Convención de Ginebra se ha vuelto “prácticamente irrelevante”. La crisis de desplazamiento también se agudiza, con casi un millón de personas atrapadas.
A pesar de los llamados a evacuar, muchos palestinos se resisten a abandonar sus hogares por temor a no poder regresar y por el agotamiento tras múltiples desplazamientos forzados.
En resumenLa situación humanitaria en Gaza ha llegado a un punto de quiebre, caracterizada por masivas bajas civiles, un sistema de salud colapsado, hambruna generalizada y un impacto catastrófico en los niños, lo que ha llevado a funcionarios internacionales a advertir sobre un colapso total del derecho internacional.