Hamás calificó el ataque como una “escalada” en el “genocidio” contra la población palestina.

La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos condenó el hecho e instó a Israel a “respetar y proteger a todos los civiles, incluidos los periodistas”. Este bombardeo no solo agrava la crisis del sistema sanitario de Gaza, ya colapsado, sino que refuerza las acusaciones de crímenes de guerra contra Israel.