Entre los fallecidos se identificó a Hussam al-Masri de Reuters, Mohamed Salama de Al Jazeera, Mariam Abu Daqqa de Associated Press y Moaz Abu Taha de NBC. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron la autoría del ataque y anunciaron una investigación, declarando que 'lamentan cualquier daño a individuos no involucrados y no atacan a periodistas como tales'. Sin embargo, Al Jazeera calificó el hecho como 'un crimen horrible' y parte de 'una campaña sistemática para silenciar la verdad'. Este evento eleva la cifra de periodistas asesinados en Gaza a cerca de 200 en casi dos años de guerra, según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), convirtiéndolo en uno de los conflictos más mortíferos para la prensa. Además, se denuncia que una unidad secreta del Ejército israelí trabaja para presentar a periodistas palestinos como agentes de Hamás, buscando justificar los ataques y controlar la narrativa.