Un ataque aéreo israelí contra el Hospital Nasser en Khan Younis, en el sur de Gaza, causó la muerte de al menos 20 personas, entre ellas cinco periodistas de medios internacionales y personal de rescate. El incidente, calificado como un 'doble toque', ha generado una fuerte condena internacional y pone de relieve los peligros extremos que enfrenta la prensa en el conflicto. El ataque se produjo en dos fases: un primer impacto de un dron israelí golpeó el cuarto piso del hospital, un área frecuentemente utilizada por corresponsales debido a su conectividad. Minutos después, cuando periodistas y rescatistas acudieron a auxiliar a las víctimas, se produjo un segundo bombardeo que impactó directamente al grupo.
Entre los fallecidos se identificó a Hussam al-Masri de Reuters, Mohamed Salama de Al Jazeera, Mariam Abu Daqqa de Associated Press y Moaz Abu Taha de NBC. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron la autoría del ataque y anunciaron una investigación, declarando que 'lamentan cualquier daño a individuos no involucrados y no atacan a periodistas como tales'. Sin embargo, Al Jazeera calificó el hecho como 'un crimen horrible' y parte de 'una campaña sistemática para silenciar la verdad'. Este evento eleva la cifra de periodistas asesinados en Gaza a cerca de 200 en casi dos años de guerra, según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), convirtiéndolo en uno de los conflictos más mortíferos para la prensa. Además, se denuncia que una unidad secreta del Ejército israelí trabaja para presentar a periodistas palestinos como agentes de Hamás, buscando justificar los ataques y controlar la narrativa.
En resumenEl ataque deliberado y en dos fases contra el Hospital Nasser, que resultó en la muerte de periodistas y rescatistas, subraya la vulnerabilidad de los civiles y la prensa en Gaza. A pesar de que Israel anunció una investigación, organizaciones de medios y derechos humanos denuncian una estrategia sistemática para silenciar a los informadores y controlar el relato del conflicto.