Entre los comunicadores fallecidos se encuentran Hussam al-Masri (Reuters), Mohamed Salama (Al Jazeera), Mariam Abu Daqqa (AP) y Moaz Abu Taha (NBC).

El ataque ha sido calificado por Hamás como una “escalada en el genocidio”.

Las FDI confirmaron la autoría y anunciaron una investigación, declarando que “lamentan cualquier daño a individuos no involucrados y no atacan a periodistas como tales”.

Sin embargo, el suceso se enmarca en un contexto alarmante, ya que según el Ministerio de Salud de Gaza, 244 periodistas han sido asesinados desde el inicio de la ofensiva. Organizaciones como Reporteros Sin Fronteras han reclamado el fin de la impunidad para estos crímenes, destacando que los reporteros gazatíes son la única fuente de información desde el terreno debido al veto de Israel a la prensa internacional.