El ejército israelí confirmó que se produjo una ofensiva y afirmó haber abatido a más de la mitad de los combatientes implicados, aunque no reconoció haber sufrido bajas entre sus propias tropas. Este incidente es particularmente significativo porque desafía la narrativa israelí de haber desmantelado en gran medida las capacidades de Hamás en áreas del sur de la Franja, como Khan Younis, que fue objeto de una intensa campaña militar meses atrás. La capacidad de Hamás para organizar y ejecutar un ataque coordinado de esta naturaleza indica que el grupo conserva una estructura de mando y una capacidad de combate resilientes, lo que representa un desafío persistente para las fuerzas israelíes que operan en el enclave.
