El primer ministro Benjamin Netanyahu, por su parte, ordenó a su equipo negociar una tregua tras aprobar el plan militar, sugiriendo que la amenaza de una ofensiva es una táctica para presionar a Hamás.

Las fuerzas israelíes ya han comenzado a lanzar ataques nocturnos en los alrededores de la Ciudad de Gaza y han exigido a hospitales y organizaciones humanitarias que se preparen para evacuar y trasladarse al sur. Esta inminente operación agrava la ya desesperada situación de aproximadamente un millón de palestinos que se encuentran en la zona, enfrentando una grave crisis humanitaria y el dilema de huir nuevamente o permanecer bajo la amenaza constante de los bombardeos.