El ejército israelí confirmó haber atacado objetivos militares hutíes, incluyendo zonas cercanas al palacio presidencial, centrales eléctricas y una instalación de almacenamiento de combustible.
En un comunicado, las fuerzas israelíes declararon que la operación fue una represalia "en respuesta a los repetidos ataques del régimen terrorista hutí contra el Estado de Israel y sus civiles". Los hutíes, respaldados por Irán, han justificado sus acciones afirmando que actúan en solidaridad con los palestinos desde el inicio de la guerra en Gaza el 7 de octubre de 2023. Fuentes de seguridad de los rebeldes y medios de comunicación controlados por ellos, como la cadena Al Masirah, informaron que los bombardeos israelíes afectaron un edificio municipal, una estación petrolera y una central eléctrica, causando víctimas. Aunque Israel ha interceptado la mayoría de los proyectiles hutíes, estos ataques demuestran la capacidad del grupo para amenazar la seguridad israelí a distancia y la interconexión de los conflictos en la región. La confrontación directa entre Israel y los hutíes evidencia la expansión de la guerra más allá de las fronteras de Gaza, involucrando a actores respaldados por Irán y aumentando el riesgo de una conflagración más amplia en el Medio Oriente.