Por su parte, Israel ha rechazado enérgicamente estas conclusiones.

El Ministerio de Relaciones Exteriores israelí calificó el informe de parcial y "basado en mentiras de Hamás", asegurando que "no hay hambruna en Gaza". Israel sostiene que Hamás saquea la ayuda y que las organizaciones humanitarias son ineficientes en su distribución, mientras que estas últimas denuncian las excesivas restricciones israelíes y los peligros para repartir la ayuda en medio del conflicto.