Este gesto busca reafirmar el respeto institucional y promover una relación armónica entre el ejecutivo y el legislativo local. En la misiva, la mandataria rechazó cualquier postura “arrogante o despectiva” contra los concejales y destacó el valor del Concejo como “la expresión legítima de la voz ciudadana y un escenario fundamental para el debate”. Aranda fue enfática al pedir disculpas sinceras por las expresiones que pudieron afectar la investidura de los cabildantes, asegurando que la corporación merece el más alto nivel de consideración. “Las diferencias de criterio nunca deben convertirse en descalificación; el debate debe desarrollarse con altura, serenidad y reconocimiento mutuo”, precisó la alcaldesa, instando a todos los miembros de su gobierno a actuar con respeto hacia el cuerpo colegiado. Este episodio de tensión se enmarca en una dinámica de control político activa por parte del Concejo. De hecho, la corporación anunció que citará a la Policía Metropolitana y a la Secretaría de Gobierno a una rendición de cuentas por el aumento de la inseguridad en la ciudad. El presidente del Concejo, Camilo Acevedo, señaló que esta acción es una respuesta directa a los recientes picos de violencia y a la falta de resultados concretos en materia de seguridad. La disculpa de la alcaldesa llega en un momento clave, buscando suavizar las relaciones para poder avanzar en la agenda de la ciudad, que requiere, según sus palabras, “el trabajo conjunto de todas las ramas del poder público”.