La expectativa se centraba en los anuncios presidenciales sobre temas clave como salud, educación y paz.

Sin embargo, la visita también fue un catalizador para el disenso político.

La gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz, recibió al presidente en la Sexta Brigada y le solicitó públicamente “evitar el lenguaje de odio y violencia”, subrayando sus “profundas diferencias políticas e ideológicas”.

Matiz afirmó que el Tolima “no es tierra de odios” y que se construye con hechos, no con discursos que dividen. En una línea similar, la exalcaldesa Carolina Hurtado criticó la visita en redes sociales, argumentando que el presidente habló “de historia y olvidó que el clamor de miles de personas también es la realidad del país”, señalando una desconexión entre el discurso presidencial y las necesidades ciudadanas. El líder político Cristian Acosta, por su parte, asumió la visita como un llamado a impulsar un mandato constituyente en el departamento, anunciando que no aspiraría a la Cámara de Representantes para dedicarse a esta causa.