El impacto del fenómeno climático fue generalizado.

El Cuerpo Oficial de Bomberos atendió múltiples incidentes, principalmente caídas de árboles y ramas de gran tamaño en vías principales como la carrera Quinta y la avenida Mirolindo, así como en el campus de la Universidad del Tolima. Jean Pineda, director de Bomberos, destacó la articulación con otras entidades municipales: “Contamos con el apoyo de entidades municipales que se han sumado al trabajo en diferentes puntos de la ciudad”. Uno de los eventos más dramáticos fue el desprendimiento total del techo de una vivienda en la intersección de la Calle 37 con Avenida Ferrocarril. José Félix Salgado, director de Gestión del Riesgo, mencionó que “entre más alto, el viento con mayor razón las levantó; resultando la casa totalmente destechada”. Las afectaciones se extendieron a escenarios deportivos, como el estadio Manuel Murillo Toro, que sufrió daños en la cubierta de su pantalla gigante. El servicio eléctrico también se vio gravemente comprometido; la empresa Celsia reportó más de 45 incidentes en su infraestructura, como transformadores averiados y líneas fracturadas, que dejaron sin energía a más de 50.000 usuarios en la capital tolimense y municipios aledaños. La Alcaldía activó un plan de contingencia a través de Infibagué para restablecer el alumbrado público y remover los escombros que obstaculizaban el tránsito.