La gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz, ha formulado una audaz propuesta al Congreso de la República para que se otorgue a las gobernaciones y alcaldías la facultad de liderar procesos de paz y acuerdos de cese al fuego con grupos armados ilegales. Esta petición busca una mayor descentralización en la gestión de la seguridad y la construcción de paz, argumentando que los líderes locales tienen un conocimiento más profundo de las problemáticas de sus territorios. La mandataria sugirió que esta facultad se incluya en la Ley de Competencias, Autonomía y Descentralización, que actualmente se discute en el legislativo. “Ojalá se les diera la facultad tanto a las gobernaciones como a las alcaldías de poder llevar a cabo procesos de paz al interior de cada uno de los departamentos con estos grupos al margen de la ley”, explicó Matiz. Su argumento central es que la paz debe construirse desde las regiones, por quienes viven y entienden las dinámicas del conflicto a nivel local. “Qué mejor que lo hagan quienes conocen el territorio y conocen las problemáticas que se están viviendo”, añadió.
La propuesta surge en un contexto de presencia de disidencias de las Farc en el sur, oriente y centro del departamento, lo que hace de la seguridad una de las principales preocupaciones de su administración. Matiz también hizo un llamado a los congresistas del Tolima para que respalden su iniciativa y la impulsen en el debate legislativo, insistiendo en la necesidad de una descentralización real, que no solo esté “plasmada en el papel”, sino que venga acompañada de recursos y competencias efectivas. Esta solicitud representa un cambio significativo en el enfoque tradicional de la política de paz, que ha estado centralizada históricamente en el Gobierno Nacional.
En resumenLa gobernadora Adriana Matiz ha planteado una reforma estructural en la política de paz de Colombia, solicitando al Congreso autonomía para que los mandatarios regionales y locales puedan negociar directamente con grupos armados. La propuesta, que busca una paz territorial y una descentralización efectiva, responde a la compleja situación de orden público que vive el Tolima y podría sentar un precedente para otras regiones del país.