La principal causa identificada son las “quemas controladas”, una práctica tradicional para preparar la tierra de cultivo que, bajo las actuales condiciones de sequía y fuertes vientos, se vuelve incontrolable y devastadora. Un ejemplo de esto fue el incendio en una finca de Purificación, que se propagó rápidamente poniendo en riesgo cultivos y viviendas. El municipio de Ortega ha sido señalado como uno de los más afectados a nivel nacional, con más de 400 incendios registrados en 2024 que calcinaron 5.700 hectáreas de bosques y cultivos, amenazando gravemente su producción de cafés de especialidad. La respuesta a estas emergencias recae en cuerpos de bomberos y brigadas comunitarias voluntarias, que a menudo carecen de los recursos necesarios para enfrentar la magnitud del problema. Ericka Lozano, secretaria departamental del ramo, ha hecho un llamado reiterado a la ciudadanía para evitar estas quemas y reportar cualquier conato a tiempo.

La situación evidencia el creciente conflicto entre las prácticas agrícolas tradicionales y los efectos del cambio climático, que exigen una mayor prevención y gestión del riesgo en las zonas rurales.