La mandataria vinculó directamente estas intimidaciones a sus constantes y firmes reclamos al Gobierno Nacional en defensa de los intereses y recursos del departamento.

La situación se hizo evidente durante un acto público en Ibagué, donde la gobernadora apareció con un dispositivo de protección notablemente ampliado. En su intervención, reconoció por primera vez la delicada situación de seguridad que enfrenta.

Matiz ha sido una voz crítica en temas clave para el Tolima, como la financiación del Programa de Alimentación Escolar (PAE), y atribuye las amenazas a esta postura beligerante.

Su determinación quedó reflejada en sus palabras: “Aún poniendo en riesgo mi vida, seguiré insistiendo por lo que le corresponde al Tolima”. Esta declaración fue reiterada en otro contexto, donde afirmó haber insistido ante las autoridades nacionales “aún poniendo en riesgo hasta mi propia vida ante los reclamos”.

Previamente, la mandataria ya había alertado sobre el incremento de amenazas contra líderes locales y regionales en el país, solicitando la creación de un acuerdo nacional por la seguridad. La denuncia pública de la gobernadora no solo expone su vulnerabilidad personal, sino que también subraya la tensión política existente entre el gobierno regional y el nacional, y los peligros que enfrentan los funcionarios que defienden los intereses territoriales en Colombia.