Barrios como San Pedro Alejandrino y San Carlos se contaron entre los más golpeados, reportando daños estructurales en varias viviendas.

La emergencia en Ibagué fue parte de un evento climático de mayor escala que también afectó a otros municipios del Tolima como Villahermosa, Casabianca y Líbano. La falta de suministro eléctrico perjudicó a panaderías, restaurantes e incluso a entidades como notarías y el Museo de Arte del Tolima, que vieron su operación interrumpida. El malestar ciudadano se ha centrado en la empresa proveedora de energía, Celsia, a la que acusan de prestar un servicio deficiente que colapsa con frecuencia ante las precipitaciones. La ausencia de un comunicado oficial por parte de la compañía sobre el alcance de los daños o los tiempos de restablecimiento del servicio agudizó la inconformidad de los usuarios. Ante esta situación, líderes comunitarios y comerciantes han solicitado a las autoridades locales y a Celsia el diseño de un plan de contingencia más robusto para responder a estos eventos climáticos recurrentes, evidenciando la vulnerabilidad de la red eléctrica de la ciudad.