La interrupción del suministro eléctrico se extendió por gran parte de la ciudad, impactando no solo a hogares, sino también a la actividad económica. Sectores como Piedra Pintada y la zona de la carrera Sexta con calle 26 quedaron sin energía, afectando a panaderías, restaurantes, notarías y otras empresas que reportaron pérdidas. Incluso instituciones culturales como el Museo de Arte del Tolima vieron su operación limitada, funcionando solo con energía en el área de taquilla. La situación ha exacerbado el malestar de los ciudadanos con Celsia, la empresa proveedora de energía. Los usuarios denuncian que los cortes son un problema recurrente cada vez que se presentan lluvias fuertes, lo que evidencia una vulnerabilidad en la red de distribución. El descontento creció ante la falta de un comunicado oficial por parte de la compañía sobre la magnitud de la afectación o los tiempos estimados de restablecimiento. Ante este panorama, líderes comunitarios y comerciantes han exigido a las autoridades locales y a Celsia la creación de un plan de contingencia más efectivo, así como inversiones estructurales para modernizar la red y garantizar un servicio confiable.