Un grave incidente de justicia por mano propia ocurrió en el conjunto residencial Alminar Samoa de Ibagué, donde una multitud intentó linchar a un hombre acusado de golpear y causar lesiones graves a un niño. La intervención de la Policía Metropolitana fue crucial para controlar la tensa situación y evitar un desenlace fatal. El suceso refleja una profunda indignación comunitaria frente a la violencia contra menores y una aparente desconfianza en las vías institucionales de justicia. Según versiones preliminares, la situación escaló rápidamente, superando la capacidad de los guardias de seguridad del conjunto residencial.
Los vecinos, enfurecidos por la presunta agresión, procedieron a golpear al sospechoso con puños y patadas.
Un video grabado por una residente capturó el momento en que la madre del menor agredido increpaba al hombre, advirtiéndole que “no se quedará quieta” debido a la gravedad de las lesiones de su hijo. La llegada de la Policía Metropolitana fue recibida con hostilidad por parte de la turba, lo que obligó a los uniformados a usar la fuerza para rescatar al presunto agresor y trasladarlo a una estación. El incidente pone de manifiesto las complejidades de la seguridad ciudadana y el riesgo inherente a las reacciones violentas de la comunidad.
En resumenEl intento de linchamiento en un complejo residencial de Ibagué, motivado por la presunta agresión a un menor, evidenció la ira de la comunidad y requirió una enérgica intervención policial para restablecer el orden y proteger la vida del sospechoso.