Cúcuta presenta una dualidad en su mercado laboral, ya que según las últimas cifras del DANE, la ciudad logró una reducción en su tasa de desempleo, pero experimentó un preocupante aumento de la informalidad. Mientras la capital nortesantandereana mejora su posición en el ranking de desocupación nacional, la alta proporción de empleo informal sigue siendo uno de sus mayores desafíos socioeconómicos. Durante el trimestre julio-septiembre, la tasa de desempleo en Cúcuta y su área metropolitana se ubicó en 10,3%, una mejora de 1,3 puntos porcentuales en comparación con el año anterior. Este resultado la posicionó en el quinto lugar entre las 23 principales capitales del país. Sin embargo, este dato positivo contrasta fuertemente con la situación de la calidad del empleo. La tasa de informalidad alcanzó el 62,8%, lo que representa un incremento de 0,6 puntos porcentuales respecto al 62,2% registrado en 2024.
Con esta cifra, Cúcuta se ubicó en el cuarto lugar a nivel nacional en empleo informal, solo superada por Sincelejo, Montería y Valledupar.
Consciente de este reto, la administración municipal ha impulsado iniciativas para fomentar la inserción laboral formal. Un ejemplo es la “Gran Jornada de Empleabilidad del Sector Textil”, organizada por el Centro Regional de Atención a Víctimas (CRAV), que atendió a más de 300 personas, en su mayoría víctimas del conflicto armado. El secretario de Víctimas, Paz y Posconflicto, Leandro Ugarte, destacó el objetivo de la jornada: “No solo estamos abriendo puertas laborales, estamos contribuyendo a su reparación integral a través del trabajo digno”.
En resumenEl panorama laboral de Cúcuta es complejo: aunque más personas están encontrando una ocupación, una proporción creciente lo hace en condiciones de informalidad. Esta realidad subraya la urgencia de las políticas públicas, como las jornadas de empleabilidad, que buscan no solo generar empleo, sino también garantizar que este sea digno y formal, especialmente para las poblaciones más vulnerables.