Miles de vehículos, incluyendo transporte pesado en tractomulas, soportan diariamente largos trancones en este corredor vial clave para el departamento.

Según los reportes, la situación es crítica desde las instalaciones del Acueducto Metropolitano hasta el Páramo de Berlín. La principal causa señalada es el precario mantenimiento de la vía. A esto se suma un grave problema social y de urbanismo: la continua toma de tierras para invasiones y la construcción de “cambuches” y “ranchos” que entorpecen los dos carriles de la carretera. Estas construcciones informales, descritas como “cinturones de miseria” que crecen cada fin de semana, no solo afectan la movilidad sino que también generan otros problemas. Uno de los artículos menciona el “fraude a las tuberías del Acueducto Metropolitano” y el “saqueo de las fuentes hídricas” por parte de los asentamientos y de moteles ubicados en la margen de la carretera. Esta situación ha creado un entorno peligroso, con conflictos entre residentes y un incumplimiento generalizado de las normas de urbanismo, representando un riesgo para la vida de las personas que habitan y transitan por la zona.