La escalada de violencia ha llevado al alcalde Jorge Acevedo a declarar la alerta máxima en la ciudad, mientras la ciudadanía y los gremios económicos exigen acciones contundentes para restaurar la seguridad. En menos de 24 horas, la ciudad fue escenario de varios hechos de sangre que evidencian la brutalidad del conflicto urbano. Entre las víctimas se encuentra Víctor Julio Villamizar, jefe de rutas de la empresa Transontiveros, asesinado por sicarios cerca de la Terminal de Transportes.
Este crimen ha consternado al gremio transportador, que ya sufre por las extorsiones.
Otros homicidios se registraron en el barrio Ospina Pérez, donde fue ultimado Fabián Orlando Omaña Parra, un joven de 24 años miembro de un grupo de apoyo al Cúcuta Deportivo, y en el sector de El Cerrito, donde fue hallado un cuerpo con múltiples impactos de bala.
La violencia también se ha dirigido contra la Fuerza Pública.
En Villa del Rosario, un ataque armado en el barrio Gran Colombia, un corredor estratégico para actividades ilícitas, dejó a un policía y varios civiles heridos tras un intenso enfrentamiento.
Las autoridades atribuyen esta ola de violencia a la feroz disputa territorial entre el ELN y otras organizaciones criminales por el control de economías ilegales como el narcotráfico y el contrabando.
Las cifras son preocupantes: en lo que va del año 2025, se han registrado más de 125 asesinatos en la ciudad, y un informe internacional la sitúa entre las 50 más peligrosas del mundo. Ante este panorama, la Policía Metropolitana ha desplegado unidades para investigar los crímenes, pero la comunidad insiste en que se necesita un mayor despliegue y una estrategia integral para frenar la violencia que mantiene a los habitantes bajo zozobra.