Este evento representa un ominoso recibimiento para los nuevos mandos, evidenciando desde su primer día la tensa situación de orden público en Norte de Santander, donde en los últimos meses han sido asesinados 20 integrantes de la Fuerza Pública por parte del ELN y disidencias de las Farc, a menudo mediante el uso de artefactos explosivos. Las autoridades han reforzado los operativos de seguridad en las inmediaciones del aeropuerto para descartar cualquier riesgo adicional.