Los operativos, que incluyeron allanamientos simultáneos, se dirigieron contra miembros de las bandas Los Jota, Familia P y AK-47, así como una red de apoyo al ELN. Entre los detenidos se encuentran cabecillas identificados con los alias de Tío Juan, Rappi y Carnaval. Según las investigaciones, los capturados estarían implicados en al menos 35 homicidios ocurridos entre 2023 y 2024, además de ataques con explosivos contra peajes y estaciones de policía.

El alcalde Jorge Acevedo calificó la operación como un resultado del trabajo articulado y envió un mensaje claro a los delincuentes: “No vamos a dar tregua al crimen”.

Durante la ofensiva se incautó un considerable arsenal de armas de fuego, municiones y equipos de comunicación, debilitando la capacidad logística de estas organizaciones. Este éxito operativo tiene como consecuencia directa un aumento en la población carcelaria, lo que presiona aún más el sistema de detención de la ciudad y hace más urgentes medidas como el traslado de reclusos para mitigar el hacinamiento en las estaciones de policía.