Estos hechos evidencian la feroz disputa territorial por el control de economías ilícitas entre el ELN y otras organizaciones criminales. La seguidilla de ataques comenzó con el asesinato de Víctor Julio Villamizar, jefe de rutas de la empresa Transontiveros, cerca de la Terminal de Transportes, un crimen que consternó al gremio transportador. Horas antes, otro hombre fue asesinado en el centro de la ciudad por sicarios en motocicleta. La violencia se extendió al municipio de Villa del Rosario, donde un intenso enfrentamiento en el barrio Gran Colombia dejó un policía y varios civiles heridos. Este sector es conocido por ser un corredor estratégico para el tráfico de armas, drogas y contrabando. La situación es alarmante, con más de 125 asesinatos registrados en lo que va del año 2025 y un total de 365 homicidios en el último año, cifras que, según un informe, sitúan a Cúcuta entre las 50 ciudades más peligrosas del mundo. El contexto de violencia generalizada es el principal desafío que enfrentan los nuevos comandantes de policía, quienes tienen el mandato de combatir el crimen organizado, la extorsión y el narcotráfico que alimentan esta crisis de seguridad.
Comerciantes y transportadores, principales víctimas de amenazas, claman por mayores garantías para poder trabajar sin temor.