El operativo permitió la captura de varias personas vinculadas a una red criminal que, según la Policía, generaba ganancias multimillonarias anuales.
Esta organización no solo extraía oro, sino que también utilizaba mercurio y otros químicos altamente contaminantes que afectan directamente a ocho afluentes, incluido el río Cali, poniendo en riesgo el suministro de agua para las comunidades locales.
Durante la intervención, se incautaron explosivos artesanales, maquinaria como taladros, plantas eléctricas, dos molederos y un motor.
Las autoridades señalaron que la presencia humana y el uso de esta maquinaria han provocado un grave deterioro ambiental, dañando fuentes hídricas y contaminando las cuencas. La Alcaldía de Cali y el Ministerio de Ambiente han anunciado planes para implosionar las bocaminas y sellarlas definitivamente, garantizando así la restauración ecológica del parque. Los informes destacan que, a pesar del daño, en algunos de los socavones intervenidos se observaron signos de recuperación natural pasiva, lo que indica la resiliencia del ecosistema. Sin embargo, se enfatiza la necesidad de una vigilancia constante para evitar que estas prácticas se repitan.








