Mauricio Salazar, líder del Vivero del Dagma, explicó que las semillas recolectadas están siendo sometidas a un tratamiento pre-germinativo en un ambiente seco y a temperatura controlada para facilitar su liberación y posterior siembra en germinadores. Lina Marcela Botía Muñoz, subdirectora de Ecosistemas del Dagma, calificó al gualanday vino-tinto como un “tesoro botánico” y subrayó la importancia del plan de multiplicación.

El objetivo final es que, una vez las plántulas alcancen el tamaño adecuado, sean incorporadas en las jornadas de reforestación urbana y enriquecimiento forestal de la estrategia ‘Distrito más Verde’.