Cali fue el epicentro de la Semana de la Biodiversidad 2025, un encuentro global que, como legado de la COP16, reunió a más de 60.000 personas, 200 expertos y delegaciones de 17 países para debatir y proponer soluciones frente a la crisis climática y la pérdida de ecosistemas. Este evento, avalado por Naciones Unidas, transformó a la ciudad en una plataforma de gestión ambiental, cooperación internacional y movilización ciudadana. La agenda incluyó más de 350 actividades gratuitas, destacando la Cumbre Global de Innovación para la Biodiversidad y Economías Futuras (CEIBA), organizada por el BID, y la Primera Cumbre Mundial de Mujeres Cuidadoras de la Biodiversidad. Durante la semana, el alcalde Alejandro Eder anunció la invitación a Cali para unirse al C40, la red de ciudades líderes en la lucha contra el cambio climático. Además, se lanzó la coalición “Ciudades Unidas por la Biodiversidad”, una red de 22 ciudades y regiones presidida por Eder para coordinar acciones contra crímenes ambientales transnacionales como la minería ilegal y el narcotráfico. El alcalde fue enfático en su llamado al gobierno nacional: “Si no cuidamos la biodiversidad, ponemos en riesgo la sostenibilidad y la habitabilidad del planeta.
Por eso exigimos a los gobernantes de Colombia, al actual y a quienes vengan, derrotar de una vez por todas las economías ilegales que nos están matando a todos”. El evento también fue escenario de un debate sobre el modelo de desarrollo regional cuando la ministra de Ambiente (e), Irene Vélez, calificó la expansión de la caña de azúcar como un “desastre ecológico y social”, a lo que la gobernadora Dilian Francisca Toro respondió defendiendo la diversidad productiva del departamento: “El Valle del Cauca no es solamente caña, el Valle es café.
Tenemos 50.000 hectáreas sembradas”.
El evento generó ingresos turísticos estimados en más de $6.927 millones y una ocupación hotelera cercana al 65%, consolidando el liderazgo de Cali en la agenda ambiental global.
En resumenLa Semana de la Biodiversidad no solo reafirmó el título de Cali como capital mundial en la materia, sino que también sirvió como catalizador para la creación de alianzas internacionales, el lanzamiento de iniciativas concretas y el posicionamiento de la ciudad como un actor clave en la formulación de políticas ambientales globales.