Este pico de violencia generó una fuerte reacción pública y política. Aunque el secretario de Seguridad, Jairo García, aclaró que “no necesariamente todos los homicidios están asociados con organizaciones criminales” y que también existen factores de violencia interpersonal, la racha de crímenes ha intensificado la percepción de inseguridad. El balance general del Observatorio de Seguridad indica que entre enero y septiembre de 2025 se contabilizaron 754 homicidios, un 9% más que en el mismo periodo de 2024, aunque la cifra sigue siendo la tercera más baja en la historia reciente de la ciudad. Como respuesta a la crisis del fin de semana, el concejal Marlon Cubillos solicitó al alcalde Alejandro Eder decretar un "toque de queda selectivo", argumentando que el 70% de los asesinatos se concentraron en el oriente de la ciudad. “Hoy Cali es la ciudad más insegura, por encima de Medellín y Bogotá si lo promediamos con el número de población.
No podemos seguir normalizando la violencia”, enfatizó el concejal.
Mientras tanto, las autoridades continúan con operativos que durante el fin de semana resultaron en más de 45 capturas y la incautación de 15 armas de fuego.