Esta estrategia, que se mantiene activa en 2025, busca garantizar que las once bocaminas ilegales cerradas en 2024 permanezcan clausuradas.
Para ello, se ha desplegado un contingente de más de 100 uniformados, incluyendo dos pelotones del Ejército y 45 policías de Carabineros, quienes realizan patrullajes constantes, instalan campamentos y controlan el ingreso de insumos a la zona protegida. El secretario de Seguridad, Jairo García Guerrero, enfatizó que estas acciones “no son simbólicas, sino parte de una estrategia sostenida para preservar las fuentes hídricas”.
Los esfuerzos han arrojado resultados concretos, con seis capturas por explotación ilícita de yacimientos y la destrucción de maquinaria. El éxito de la operación fue reconocido por el Ministerio de Ambiente, que presentó el caso de los Farallones como un ejemplo en el avance del Plan de Biodiversidad 2030. A pesar de los logros, organizaciones como la Fundación Natura advierten que algunas actividades ilícitas intentan regresar, lo que subraya la necesidad de mantener la vigilancia y los operativos de control en este ecosistema estratégico para el abastecimiento de agua de Cali.