Vélez afirmó que en siete décadas, el monocultivo “tanto daño les ha hecho a los suelos, al agua y a las comunidades que han quedado marginadas”. Cuestionó que la agroindustria ha agotado y contaminado fuentes de agua subterránea, ha utilizado glifosato en el 70% de los cultivos y ha profundizado la desigualdad en la tenencia de la tierra. Además, vinculó la inequidad estructural derivada de este modelo con la violencia en Cali. En respuesta, Claudia Calero, presidenta de Asocaña, defendió al sector, asegurando que solo se utiliza el 23% de la recarga anual del acuífero regional para diversos cultivos, no solo caña, y que el uso de glifosato fue abandonado hace años en favor de la innovación tecnológica. La gobernadora Dilian Francisca Toro también reaccionó, declarando que “el Valle del Cauca no es solamente caña” y resaltando la diversidad productiva del departamento, que incluye cafés especiales de exportación, frutas y flores, además de los avances en agricultura regenerativa y la disminución de la dependencia alimentaria externa. Toro defendió que la agroindustria ha contribuido a reducir la pobreza multidimensional en la región.