Según los informes, el cuerpo fue desmembrado y calcinado, aunque la cabeza, brazos y piernas nunca aparecieron.

La captura de Juan Carlos Uribe, cinco meses después del crimen, generó un gran impacto social en Cali, ya que durante la búsqueda había actuado como una de las voces visibles de la familia, expresando dolor y solidaridad. Ahora, es señalado como el presunto determinador del crimen, un giro en la investigación que ha llevado a comparaciones con otros casos de alto perfil en el país. Aunque Uribe Bejarano no aceptó los cargos, continuará vinculado al proceso judicial mientras el caso pasa a segunda instancia para definir si afrontará el juicio en libertad o bajo medida restrictiva.