Esta iniciativa, que a partir de 2026 se fijará para el 22 de abril (Día de la Tierra) y el 22 de septiembre (Día Mundial sin Automóvil), tiene como propósito central incentivar el uso de alternativas sostenibles como el transporte público, la bicicleta y la caminata. Según Carlos Santacoloma, subsecretario de Movilidad Sostenible, la medida responde a “políticas, nacionales e internacionales, para fomentar la movilidad activa y promover el uso de otros medios de transporte menos contaminantes”. Para garantizar su cumplimiento, la Secretaría de Movilidad dispuso puestos de control en los principales accesos a la ciudad, como Sameco, Menga, la Avenida Panamericana y el Puente de Juanchito. Quienes incumplieran la restricción se enfrentaban a la infracción C-14, con una multa cercana a los $650.000 y la posible inmovilización del vehículo.
El decreto contempló 23 excepciones, permitiendo la circulación de vehículos de emergencia, transporte público, escolares, de servicios esenciales, así como automotores eléctricos e híbridos. Como complemento, la administración organizó rutas en bicicleta y realizó mediciones de calidad del aire y ruido. Mauricio José Mira Pontón, director del Dagma, señaló la importancia de estas jornadas para “reducir nuestra huella de carbono y aportar significativamente a la disminución de la contaminación atmosférica y acústica”, esperando una reducción de al menos tres decibeles en los niveles de ruido.