En agosto de 2025, su gestión registró una aprobación de apenas el 37,5 %, mientras que la desaprobación alcanzó el 44,6 %. Esta cifra consolida una tendencia negativa observada desde febrero, cuando su aprobación era del 46 % y su desaprobación del 42 %.

El punto de inflexión ocurrió en mayo, cuando la desaprobación superó por primera vez al respaldo ciudadano. Este desgaste está directamente ligado al clima social de la ciudad.

El mismo estudio revela que un 52,6 % de los caleños considera que la situación en Cali empeora, y un abrumador 66,5 % identifica la inseguridad como el principal problema. La percepción de que la administración no ha logrado ofrecer soluciones efectivas en materia de orden público parece ser el factor determinante en la evaluación negativa. La desconexión es particularmente notoria en los estratos populares y medios, que constituyen la mayor parte del electorado. La encuesta también refleja un impacto en la intención de voto futuro: solo un 29 % de los consultados volvería a votar por Eder, frente a un 60,1 % que no lo haría. Estos datos actúan como una advertencia temprana para la alcaldía, que enfrenta el reto de revertir una percepción de retroceso y reconectar con una ciudadanía que, por ahora, siente más frustración que esperanza.