
Atentado con carro bomba en la Base Aérea de Cali deja muertos y heridos, y genera crisis de seguridad
Un atentado terrorista con un camión cargado de explosivos, ocurrido el 21 de agosto cerca de la Base Aérea Marco Fidel Suárez, ha sumido a Cali en una profunda crisis de seguridad, dejando un saldo de muertos y heridos, y provocando una fuerte respuesta institucional. La acción, atribuida a la disidencia "Jaime Martínez" de las FARC, ha sido calificada como un "crimen de lesa humanidad" por las autoridades nacionales. El ataque, que tuvo lugar en una zona comercial del barrio Villacolombia, ha sido uno de los golpes más duros que ha recibido la ciudad en tiempos recientes. La detonación dejó un saldo oficial de siete muertos y más de 80 heridos, además de causar graves daños materiales en más de 150 viviendas y 70 establecimientos comerciales, incluyendo supermercados, hoteles y tiendas. La magnitud del atentado generó una reacción inmediata del Gobierno Nacional, que instaló un Puesto de Mando Unificado y desplegó refuerzos militares y policiales en la ciudad. La conmoción y el miedo en la ciudadanía se reflejaron en un aumento del 37 % en las llamadas a la línea de emergencia 123 en la semana posterior al ataque, lo que evidencia la profunda sensación de inseguridad que se instaló en la capital del Valle. Este evento se enmarca en una escalada de violencia que ha afectado no solo a Cali, sino a todo el suroccidente del país, y ha puesto en el centro del debate la efectividad de las estrategias de seguridad frente a grupos armados organizados que continúan demostrando su capacidad destructiva en centros urbanos.



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