
Atentado terrorista del 21 de agosto y sus consecuencias
Un devastador atentado terrorista con un camión cargado de explosivos sacudió a Cali el 21 de agosto, dejando un trágico saldo de víctimas y generando una masiva respuesta institucional y comunitaria. Este acto, atribuido a disidencias de las FARC, ha marcado un punto de inflexión en la seguridad de la ciudad. El ataque, perpetrado en inmediaciones de la Base Aérea Marco Fidel Suárez, en el barrio La Base, dejó un saldo oficial de seis personas fallecidas, entre ellas un joven de 17 años, y 78 heridos, de los cuales varios requirieron atención en unidades de cuidados intensivos. La detonación, atribuida por las autoridades al frente ‘Jaime Martínez’ de las disidencias del Estado Mayor Central, causó daños estructurales en más de 150 viviendas y 23 locales comerciales. La magnitud de la destrucción llevó a las autoridades a estimar un plazo de hasta seis meses para las reparaciones. En respuesta, la Alcaldía y la Gobernación, junto a gremios como el Comité Intergremial y Empresarial del Valle (CIEV) y Camacol, lanzaron la campaña de solidaridad “Cali y el Valle lo valen”, que incluye una colecta en la plataforma Vaki y la habilitación de puntos de acopio en centros comerciales para recibir donaciones. La comunidad también se unió en actos simbólicos como una velatón y la siembra de 500 plantas ornamentales en la zona afectada para transformar el espacio. El impacto del atentado trascendió lo local, provocando que el gobierno de Estados Unidos emitiera una alerta de viaje, lo que resultó en cancelaciones en el sector hotelero y encendió las alarmas sobre las repercusiones económicas para el turismo de la ciudad.



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